Combatir y denigrar la verdad, la libertad, la justicia, el honor, la familia, la religión y cualquiera de los valores que han hecho de España la nación con más historia y más méritos del mundo se ha convertido en la prioridad absoluta de la banda de Pedro y Pablo, esa que algunos se atreven a...
Combatir y denigrar la verdad, la libertad, la justicia, el honor, la familia, la religión y cualquiera de los valores que han hecho de España la nación con más historia y más méritos del mundo se ha convertido en la prioridad absoluta de la banda de Pedro y Pablo, esa que algunos se atreven a llamar Gobierno.
La aprobación del PIN Parental en la Comunidad Murciana ha hecho saltar todas las alarmas del rodillo marxista que impone Moncloa con el pensamiento único como bandera.
¿Por qué? Por un solo motivo, un Gobierno marxista no puede permitir que la libertad individual se imponga a los deseos y directrices del Estado.
Para coartar la libertad del individuo y convertirlo en borreguito al servicio del plan comunista que han trazado para el futuro de España cualquier herramienta es válida, vale incluso afirmar que los hijos no pertenecen a los padres.
La supina estupidez de nuestra Ministro Portavoz del Gobierno ya no sorprende a nadie. El mensaje, cretino en su forma y en su fondo, es fácilmente traducible del lenguaje marxista de un Gobierno de perturbados totalitarios al lenguaje racional del pensamiento libre: “Nuestros hijos pertenecen al Estado, o peor aún: al PSOE o a Podemos. Pretenden arrebatar a las familias la patria potestad sobre sus hijos”
Todos los que hemos sido padres sabemos que nuestros hijos no son de nuestra propiedad, al menos en el sentido en que la iluminada socialista utiliza el vocablo, pero también sabemos que ser padre es un compromiso moral que te vincula con tus descendientes para siempre y que en ese vínculo está incluida la obligatoriedad de educarlos. Educar, al contrario de lo que pretende este desgobierno fascista, no es aleccionar sino permitir que tus hijos tengan libertad para pensar y elegir sin que sea su padre el que dirija sus vidas y protegiéndolos de que sea el Estado quien lo haga.
En el momento que esta banda de desalmados, la de Pedro y Pablo, consiga la destrucción total de la familia, es lo que persiguen, dispondrán de la voluntad de nuestros jóvenes a su antojo para usarlos como mera herramienta para conseguir el objetivo fascista de la implantación del pensamiento marxista, el pensamiento único. El individuo deja de ser libre para pensar y se debe únicamente a las directrices que marca el Estado.
El PIN Parental, que muchos medios de comunicación aleccionadores han explicado mal para deformarlo, no es más que el derecho de los padres a saber que actividades extraescolares planifican para sus hijos y el contenido de las mismas para poder decidir si les parece oportuno que sus hijos reciban el mensaje.
Que quieren que les diga, si hubiera sido uno de mis hijos quien, con seis años, recibió instrucciones en una actividad extraescolar de como masturbar a otro niño del otro sexo no solo hubiera reclamado el derecho de que mi hijo no volviera a asistir a una “charla” de ese tipo sino que pediría la cárcel para organizadores, docentes y financiadores.
Una sola y clara petición: “Sacad vuestras sucias manos de nuestros hijos”
Luis Andrés Cisneros