La ampliación del Puerto de Valencia está en la mira por la aparición de combustible en las playas del Saler, l’Arbre del Gos y la Garrofera en Valencia.
Las labores de limpieza del vertido de hidrocarburos en la playa del Saler de València se reanudaron a primeras horas de este miércoles, mientras las playas afectadas permanecen cerradas debido a la contaminación.
Los trabajos se han retomado con la recogida manual de la arena contaminada, que se deposita en capazos para su traslado a una zona de acopio. Se han instalado tres carpas para organizar a los equipos de Tragsa, encargados de la limpieza, según informó Emergencias de la Generalitat.
Las playas afectadas por el vertido, el Saler, Arbre del Gos y la Garrofera, continúan cerradas tanto para el baño como para el acceso.
La mancha de hidrocarburos, que mide 2 kilómetros de longitud y 2 metros de ancho, comenzó a ser limpiada el martes por la tarde durante dos horas, según explicó el subdirector de Emergencias de la Generalitat, Jorge Suárez, desde el puesto de mando avanzado instalado en el Saler.
Las primeras llamadas informando sobre la mancha se recibieron el martes de testigos que contactaron con el teléfono 112, lo que llevó al Centro de Emergencias a activar el Plan Territorial de Emergencias y movilizar los recursos necesarios.
El puerto de Valencia asegura que el vertido no ha salido de la zona de fondeo
La Autoridad Portuaria de Valencia (APV) ha asegurado que el vertido de hidrocarburos que ha afectado a tres playas del sur de Valencia no proviene de ningún barco en la zona de fondeo del puerto, que se encuentra frente a esas playas.
La APV informó que el martes, cuando se detectó la presencia del vertido, se puso a disposición de Capitanía Marítima para ofrecer barreras anticontaminación. Sin embargo, señaló que no tiene competencias sobre las costas ni las playas, por lo que no ha tomado medidas directas en relación con el vertido, aunque ha garantizado que este no proviene de la zona de fondeo.
La portavoz de Compromís en el Congreso y adjunta de Sumar, Àgueda Micó, ha exigido al Ministerio de Transición Ecológica que inicie una investigación para esclarecer las causas de la aparición de fuel en las playas del Saler, l’Arbre del Gos y la Garrofera en Valencia. Micó declaró,
No podemos quedarnos sin saber qué ha pasado aquí para que nuestras playas amanezcan llenas de chapapote. Además, justo en uno de nuestros principales parques naturales.
Micó también ha pedido al Gobierno que paralice de inmediato la ampliación del Puerto de Valencia. Considera que no es una coincidencia que haya un derrame contaminante en un parque natural con el aumento del tráfico de barcos y más fondeos frente a la Albufera. Según ella, la mayoría de estos derrames ocurren durante la limpieza de los barcos.
El objetivo de la ampliación del Puerto de Valencia es «poder multiplicar» el tráfico de barcos cerca de la Albufera y del Saler, lo que, según la portavoz de Compromís, significa «multiplicar el peligro» de que ocurran incidentes como el derrame actual. Para Micó,
El PP y el PSOE no pueden seguir adelante con un proyecto que ha demostrado ser «un peligro para el medio ambiente y para la salud de los valencianos y las valencianas.
Desde el grupo de Compromís en el Ayuntamiento de Valencia, han solicitado que las playas se dejen «en perfectas condiciones aptas para el baño» y que se proteja la fauna y flora local. Además, han pedido que se abra una investigación en el Puerto para determinar el origen del vertido.
El concejal Sergi Campillo ha destacado que el Puerto de Valencia tiene «una grave afección» sobre la Albufera, ya que la zona de fondeo se encuentra frente a las playas del parque natural. Ha afirmado que con la ampliación norte del puerto, que duplicará su capacidad, «todavía habrá más» episodios de contaminación.
La Comissió Ciutat-Port ha denunciado el desastre ecológico causado por el vertido de hidrocarburos que ha llegado a las playas del parque natural de la Albufera. Señala al Puerto de Valencia como un «peligro real» y considera la ampliación de sus instalaciones como «una amenaza potencial» para la salud y el patrimonio natural.