El equipo de gobierno se unió a la iniciativa vistiendo disfraces que representaban a los personajes de los nombres de las calles de la ciudad.
Vila-real sigue viviendo con intensidad las festividades en honor a la Mare de Déu de Gràcia, una tradición que une a toda la comunidad en una serie de actos festivos y culturales. La celebración de anoche, el XXI Macrosopar de veïns i veïnes, fue un claro ejemplo del entusiasmo que caracteriza estas fiestas.
El evento se llevó a cabo en el pintoresco parc de la Maiorasga, donde los vecinos y vecinas se reunieron para disfrutar de una cena al aire libre en un ambiente festivo. Este año, el acto presentó una novedad que lo hizo aún más especial: los participantes asistieron disfrazados. Los disfraces, que reflejaban una amplia gama de temáticas, añadieron un toque de color y creatividad al evento, haciendo que la noche fuera aún más memorable.
El alcalde de Vila-real, José Benlloch, no quiso perderse la oportunidad de unirse a la celebración. Junto a los regidores y regidoras del equipo de gobierno, se sumó a la iniciativa vistiendo disfraces que representaban a los personajes de los distintos nombres de calles de la ciudad.
Esta participación de las autoridades locales no solo animó a los asistentes, sino que también simbolizó el compromiso del gobierno con las tradiciones.
El XXI Macrosopar se ha consolidado como uno de los actos más esperados de las festividades, y la originalidad de esta edición con disfraces ha sido un éxito rotundo.
Vila-real continúa demostrando su espíritu festivo y su capacidad para reinventar sus tradiciones, haciendo de estas celebraciones un acontecimiento único en la región. La ciudad sigue disfrutando de su rica herencia cultural y del entusiasmo de sus habitantes, quienes hacen de cada evento una experiencia inolvidable.
