Historia de ‘Las calles de Castellón’ – Prólogo I – Parte 1

Historia de ‘Las calles de Castellón’ – Prólogo I – Parte 1

Primer prólogo de la segunda edición del libro 'Las calles de Castellón' - Primera parte.

 

Las calles de Castellón, inicialmente fue un libro, más bien un librito, escrito por mi abuelo, Vicente Gimeno Michavila, en 1920, para dar a conocer a sus convecinos el porqué de los nombres de sus calles y de ese modo enseñar la historia de Castellón, donde vivían. Era un manual sencillo, breve, legible y ameno, fomentando el orgullo de pertenecer a un pueblo de hombres ilustres, que podían ser ejemplo, o esperanza.

1.- El dar nombre a las calles tiene su historia.

Desde tiempo inmemorial, y aún hoy por ejemplo en oriente ( Japón, Indias…), las fincas se identificaban por el nombre de la manzana donde se ubicaban, definida por el edificio mas emblemático de esa manzana (La Torre, El Molino, El Horno, El Reloj, etc.), y dentro de cada manzana un número que corresponde a cada propiedad,  contando normalmente en el sentido del giro del sol. Así se identificaba una finca como  “la finca número14 de la Torre del Reloj.

El método funcionaba bien, y era la base del catastro de fincas urbanas, y así se hacía  universalmente hasta la aparición de las grandes ciudades por la revolución industrial. Todavía continúa en Japón, si bien, cambiando al sistema europeo (Tokio casi 20 millones de habitantes, mas de 50.000 manzanas), aunque en el Casco Antiguo aún se utiliza el tradicional.

Es cierto que algunas calles, tuvieron un nombre, generalmente toponímico: el de la dirección o la propiedad  a donde conducían, ejemplo:  Rafalafena, Taxida, Salinas, Caminás.

Fue a partir de la Revolución Francesa, cuando las fincas urbanas tienen valor, y para grabarlas, y para el nuevo servicio del correo, hay que identificarlas. Napoleón crea el sistema de nombres de calles y número actuales y como la revolución precisa propaganda, desde el principio se ponen nombres que prestigien al gobierno. Avenida de la República, de Italia, etc.

En España es el gran Rey reformador José I, quien inició este proceso que continuó el Indeseable e Isabel II que creó el catastro. En la Península se dio nombres a las calles de Santos o Políticos, y en las Colonias, ya independientes, influenciadas por USA se prefirió numerarlas: Cuadra 1ª, Cuadra 2ª, etc. (Más tarde con la independencia se combinaron ambos sistemas, por ejemplo, la cuadra 5ª será a la vez La Avenida de los Libertadores).

Continuará…

José Luis Gimeno.