En el festival murió un joven de veintidós años y otras cuarenta personas fueron atendidas.
Un desplome de aire impactó sobre el terreno en el que se festejaba Medusa Festival de Cullera (Valencia) el pasado trece de agosto y generó vientos de hasta cien km/h, aparte de un ascenso de las temperaturas de hasta diez grados y un descenso de la humedad.
Así se desprende del informe pericial que ha remitido la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número cuatro de Sueca que investiga el accidente registrado en el festival en el que murió un joven de veintidós años y otras cuarenta personas fueron atendidas. Las fuertes ráfagas de viento desmoronaron una parte de un escenario y otros elementos.
Conforme ha explicado el perito, José Ángel Núñez, esa madrugada se registraron una serie de tormentas que afectaron al interior de Murcia, Alicante y Valencia. Exactamente las mismas se desplazaron hasta el litoral y, en su fase final, es el instante más conveniente para generarse ‘reventones’.
Así, ese día, el trece de agosto, se registró en el festival un desplome de aire de 3 o 4 kilómetros de altitud que impactó con la superficie y provocó ráfagas de hasta cien km/h. El aire se expandió horizontalmente y provocó diferentes daños.
Además de esto, se registró un ascenso de las temperaturas de hasta diez grados en ciertos puntos y un descenso de la humedad relativa de un cuarenta por ciento, conforme se expone en exactamente el mismo informe.
Ese día casi toda la Comunitat y Murcia tenían ambientes favorables a fin de que se registrase este fenómeno, que aparece en zonas muy reducidas del territorio y que es imposible de determinar.
Lo imprevisible del fenómeno es el sitio preciso y la hora.
Ha concluido, Núñez.