Esta crecida ordinaria, 'a priori', no se prevé que cause incidencias significativas, aunque se recordó a los ciudadanos las recomendaciones habituales de "no acercarse a las riberas" del río.
La crecida ordinaria del río Ebro ha avanzado más lentamente de lo previsto, llevando además un menor caudal al haberse producido laminaciones de agua aguas arriba de Zaragoza. Según las últimas predicciones, se espera que el pico máximo de la crecida llegue a la capital aragonesa antes de las 20.00 horas, con una estimación de 1.350 metros cúbicos por segundo, por debajo de los 1.600 metros cúbicos inicialmente previstos. Este cambio en las cifras se debe a que «se han producido laminaciones aguas arriba» y «es probable que pase incluso menos caudal en la hora punta», explicó la concejal delegada de Bomberos, Ruth Bravo.
Bravo detalló en declaraciones a los medios que el jefe de Bomberos de Zaragoza le había comunicado que la crecida «era un poco más lenta de lo que se esperaba, se está retrasando y a partir de las 13.00 horas puede ser que sea el pico máximo o incluso irnos hasta las ocho de la tarde». Sin embargo, la concejal subrayó que esta crecida ordinaria, ‘a priori’, no se espera que cause ninguna incidencia importante, aunque recordó las recomendaciones habituales a los ciudadanos de «no acercarse a las riberas» del río.
Por su parte, la Unidad Verde del Ayuntamiento de Zaragoza, junto con el área de Infraestructuras, Bomberos, Protección Civil y Policía Local, se mantienen vigilantes ante la crecida y la situación de la ribera, sin esperar ninguna afección significativa. «Llevo dos o tres días hablando con el jefe de Bomberos y, en principio, no nos han informado de nada. Esta misma mañana hemos hablado y no nos han dicho que hubiera ninguna incidencia importante. Eso sí, siguen visiando y controlando todo lo que pueda ser afecciones que pueda haber», concluyó Ruth Bravo.
Fotografía portada: Ayuntamiento Zaragoza.
