LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders se plantea la desobediencia inmediata

LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders se plantea la desobediencia inmediata

LA UNIÓ de Llauradors i Ramaders demanda soluciones inmediatas frente a la confusión por las quemas agrícolas e instará a la desobediencia si no se permiten.

 

Solicita igualmente a la consellera de Agricultura que destituya al o los responsables que no alegaron contra la «confusa Ley de Restos». Para esta organización agraria los restos de poda son un subproducto que se administra en la misma explotación y no son un resto. LA UNIÓ de Llauradors demanda que se dé una solución inmediata a la confusión existente por las quemas agrícolas y repite que instará a la desobediencia si por último se prohíben, pues solo se dispone de lo que queda de mes para deshacerse de los restos de poda en las explotaciones agrarias.

De la misma manera, la organización profesional agraria demanda a la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, que destituya al o los responsables de ésta que no adujeron contra la nueva Ley de campo estatal 7/2022, de ocho de abril, de restos y suelos contaminados para una economía circular y que deja en el aire la posibilidad de quemar los restos de poda con dos artículos bien diferentes, en uno la prohíbe y en otro la exonera. En este sentido, desde LA UNIÓ exponen,

Por servirnos de un ejemplo, el artículo tres, 2.e), apunta que esta Ley no se aplica a la paja y otro material natural, agrícola o silvícola, no peligroso, usado en explotaciones agrícolas y ganaderas, en la silvicultura o en la producción de energía a base de esta biomasa, a través de procedimientos o métodos que no pongan en riesgo la salud humana o dañen el medioambiente.

El secretario General de LA UNIÓ, Carles Peris, se muestra contundente en sus declaraciones,

Alguien en la capital española en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha legislado sin conocer la realidad agraria y algunos en València en la Conselleria de Transición Ecológica, no han sabido frenar a tiempo este desaguisado y en consecuencia no han protegido adecuadamente los intereses de los labradores valencianos, por lo que habría que depurar responsabilidades.

Cabe indicar que, como cada año, desde el 1 de junio al dieciséis de octubre ya no se van a poder realizar quemas atendiendo a la normativa autonómica en prevención de incendios y por esta razón quedan poquitos días para deshacerse de los restos de poda, dejando, según exponen desde LA UNIÓ, en una clara situación de indefensión a abundantes labradores justo en un instante donde muchos cultivos precisan de esta práctica. En este sentido aseveran, que hay localidades de la Comunitat Valenciana que se están acogiendo a esa supuesta prohibición de las quemas de la Ley de Restos y las han prohibido, al paso que otras sí las están autorizando.

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LA UNIÓ estima que no se puede publicar una normativa y prohibir ciertas actuaciones contempladas de un día para otro. Por esta razón, la organización aboga por establecer un periodo de transición y adaptación de unos 5 años a través de que se realice un discute público y participativo, para solucionar los inconvenientes de las quemas agrícolas en aquellos sitios donde resulta imposible desmenuzar en el campo.

Además de esto, siguen subrayando desde LA UNIÓ, que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, responsable última de todo este tema, echa balones fuera y traslada la problemática a las comunidades autónomas instando a solicitar certificados fitosanitarios para poder quemar,

Algo absolutamente impensable en la Comunitat Valenciana que transformaría en un inacabable martirio burocrático para los labradores con cada permiso pedido y colapsaría asimismo los servicios de la Conselleria.

Asegura Peris.

LA UNIÓ prosigue, insistiendo en que los restos de poda son un subproducto de material vegetal que se administra (quema o desmenuza) en exactamente la misma explotación y jamás pueden ser considerados como un resto que sí queda sujeto obligatoriamente a su tratamiento siguiente en una planta.

Una vez más se nos trata de imponer una regla manada desde los despachos de la capital española, sin tener en consideración la realidad del campo que es muy diferente conforme a comunidades autónomas y cultivos. Hay que trabajar con los territorios y no a espaldas de ellos buscando el enfrentamiento absurdo y superfluo entre el mundo urbano y rural.

Insiste y concluye el secretario general de LA UNIÓ, Carles Peris.