LA UNIÓ denuncia que se está vendiendo la uva en la Comunitat Valenciana con precios por debajo de costes por la presión de las bodegas.
La Unió Llauradora ha constatado que una parte significativa de la uva destinada a la vinificación, que los agricultores están descargando en las bodegas de la Comunitat Valenciana, se está comercializando a precios que están por debajo de los costes de producción.
En la Comunitat Valenciana, los precios actuales de la uva son inferiores a los que se registraron hace más de 25 años, situándose entre 0,20 y 0,25 euros/kg de uva, lo cual está por debajo de los costos actuales de producción. A pesar de una reducción en la cosecha de alrededor del 40% a 50% en la Comunitat Valenciana y un 20% en todo el país, los precios de la uva no han experimentado un aumento significativo. Se prevé que la producción de vino en las áreas productoras de España alcance alrededor de 35 millones de hectolitros.
Entre las razones que han contribuido a esta situación, se destaca una sequía severa que ha impactado en la cosecha de este año, incrementando los costos de producción en alrededor del 30% en comparación con la campaña anterior. La organización advierte que si no llueve lo suficiente durante el otoño, la escasez de cosecha podría empeorar, lo que llevaría a la pérdida de viñedos y al abandono de explotaciones por parte de viticultores que carecen de relevo generacional.
En este contexto, con una oferta disminuida y con previsiones de producción moderadas o a la baja en el resto de la Unión Europea (Francia, 44 M/hl; Italia, 43 M/hl), el sector productor se enfrenta a la falta de perspectivas de futuro por parte de las bodegas, poniendo en riesgo la continuidad de muchas explotaciones vitícolas en diversas zonas productoras.
La Unió Llauradora señala,
Los grandes grupos bodegueros están aprovechando su posición dominante para perjudicar la viabilidad económica de las explotaciones.
Asimismo, critica la falta de acción de la administración en la protección de los intereses de los viticultores.
Además, destaca que el propio Ministerio está siendo cómplice de esta situación, ya que la Ley de la Cadena Alimentaria establece que el MAPA debe divulgar los criterios relativos a los diversos factores que influyen en la determinación del coste de producción de los productos agrarios, pesqueros y alimentarios.
El plazo para su publicación está sujeto a la entrada en vigor completa de la Ley, la cual, a su vez, depende de la activación de ciertos mecanismos establecidos en la normativa (en última instancia, la fecha límite para la divulgación de dichos criterios es el 30 de diciembre de 2023).
El Ministerio no debería esperar hasta el final del partido para dar a conocer estos criterios.
Comentan desde LA UNIÓ.
Nuestra organización ya se dirigió al Ministerio de Agricultura para solicitar celeridad, y este aseguró que cumplirían con la ley y que, de todas formas, ya había suficientes elementos para determinar los costes de producción. Entonces, que hagan cumplir la ley.
Señala el vicesecretario general de la organización, Luis Javier Navarro.
A pesar de esta coyuntura, el sector vitivinícola valenciano no ha recibido ayudas ni por la sequía ni por el conflicto bélico en Ucrania, a diferencia de otras producciones. La organización considera que la extensión de viñedos desempeña un papel crucial en la Comunitat Valenciana, ya que no solo genera ingresos económicos en las áreas interiores, sino que también contribuye a mantener la población. A pesar de ello, ha habido varias convocatorias de ayudas sin que los productores de uva puedan acceder a ellas.
En este contexto, han solicitado al conseller de Agricultura, José Luis Aguirre, que implemente ayudas para uno de los sectores más afectados por la sequía y el conflicto en Ucrania, como es la producción de uva para vinificación, tal y como lo permite la normativa estatal de la Orden APA/871/2023, del 20 de julio. Luis Javier Navarro destaca,
Es justo recibir ayudas debido a que esta situación ha ocasionado una disminución en la competitividad de nuestras explotaciones y, por lo tanto, en los ingresos de los viticultores.
Concluye.