Han firmado un convenio mediante el cual las ermitas son donadas al ayuntamiento, que a su vez se compromete a destinar recursos para la restauración de Nuestra Señora de los Ángeles.
El alcalde de la Villa de El Toro, José Arenes, ha suscrito hoy lunes un convenio de colaboración con la diócesis de Segorbe-Castellón, mediante el cual la localidad obtiene la propiedad de las ermitas de Santo Domingo y Santa Lucía, y se compromete a restaurar el templo de Nuestra Señora de los Ángeles.
El acuerdo de donación, firmado por el primer edil con el párroco de la iglesia, Miguel Pedro León, y el vicario general de la diócesis, Javier Aparici, tiene como objetivo “garantizar la pervivencia, protección y restauración del patrimonio vivo de nuestra población”.
El acuerdo otorga al ayuntamiento la posesión de dos ermitas que “hoy están en ruinas. Queremos volver a levantarlas y que vuelvan a brillar. Son vestigios de nuestra historia”. Paralelamente, compromete al consistorio a restaurar la parroquia, con un periodo fijado de diez años, prorrogable en caso de ser necesario. “La parroquia es un vestigio querido por nuestro pueblo y verlo tabicado es doloroso. Por eso nos planteamos colaborar con la diócesis a fin de no perder parte de nuestra historia”, explicó Arenes.
Arenes no ignora sus limitaciones. “Sabemos que nuestro presupuesto es escaso y reducido. Pero también sabemos que nuestras ganas de trabajar para preservar la historia de la Villa de El Toro son infinitas. No nos vamos a parar ni vamos a permitir que se pierdan nuestros orígenes”, afirmó. Por ello, “el compromiso es luchar por la llegada de ayudas y subvenciones de todas las administraciones públicas, del mismo modo que hemos hecho con nuestro castillo. Poco a poco, pero sin perder un minuto en recuperar la belleza de nuestra Villa”, concluyó Arenes.
Los retos en la parroquia
El convenio establece el compromiso del consistorio de restaurar aquello que hoy está en ruinas, con especial atención a la parroquia. Entre las acciones previstas, destaca la apertura de la ventana del baptisterio, actualmente tabicada, y la restauración de la puerta principal del templo.
Asimismo, se contempla la reparación de los rejuntes de las piedras de las fachadas de la iglesia, sustituyendo el cemento actual por mortero de cal, el material originario. Otros objetivos incluyen la subsanación de las humedades del templo, especialmente en las capillas, la restauración de los frescos del baptisterio, y la realización de catas en el yeso de las capillas para determinar la existencia de nuevas pinturas en el interior.
Finalmente, el compromiso del ayuntamiento incluye la restauración del suelo de la iglesia y la posible recuperación de la cripta, con el propósito de rescatar, en la medida de lo posible, la riqueza histórica y artística de este templo.
