El principal objetivo de esta veda biológica ha sido preservar los principales bancos de boquerones y sardinas del Mediterráneo.
Después de 60 días amarradas a puerto, las dieciséis embarcaciones de la modalidad de cerco de la provincia de Castellón –3 del puerto de Vinaròs y trece del puerto del Grao de Castelló– han vuelto al mar para pescar especialmente pescado azul como boquerones y sardinas.
Los resultados de sostener a toda la flota de cerco de la provincia de Castellón parada a lo largo de un par de meses empezará a evaluarse en los próximos meses. La Comunitat Valenciana mientras ha durado la veda de los pescadores de la provincia de Castellón no ha estado desabastecida de pescado azul del Mediterráneo y de proximidad, ya que las flotas de las provincias de Valencia y Alicante han seguido pescando, según ha informado a Castellón Diario la Comisión Interfederativa de Cofradías de Pescadores de la Comunitat Valenciana (COINCOPESCA).
La veda de cerco se divide en dos grandes demarcaciones en la Comunitat Valenciana. La zona norte engloba desde el río Sènia que hace frontera entre las provincias de Castellón y Tarragona hasta la Gola de El Perelló, en la provincia de Valencia. La demarcación sur entiende desde la Gola de El Perelló hasta el límite con la provincia de Murcia.
La mayor parte de esta flota pesquera de la modalidad de cerco se halla en los puertos de la provincia de Alicante, en puertos como el de Altea, Jávea y Torrevieja. Para COINCOPESCA, las vedas biológicas realizadas de forma totalmente voluntaria por los pescadores de cerco valencianos son «absolutamente necesarias» para la regeneración de los caladores de pescado azul del Mediterráneo.