La octava edición de las Jornadas del Paisaje Protegido de la Desembocadura del Río Millars ha permitido dedicar dos días a la divulgación de diferentes aspectos del río y su entorno a su paso por Vila-real, Almassora y Burriana.
Los guardas rurales del Consorcio del Paisaje Protegido de la Desembocadura del Río Millars han sido los protagonistas de una de las conferencias. Su labor, vital pero poco conocida, es esencial ya que son la voz y los ojos del paisaje protegido. Están en contacto con el río 365 días al año, observando la evolución de la fauna, realizando censos de aves y controlando especies, observando si hay flora invasora, evitando vertidos, previniendo incendios, informando de cualquier incidencia que se produce, controlando la pesca y la caza ilegal, entre otras tareas. Desde 2007, aseguran,
La evolución en el paisaje ha sido tremenda. Lo que hemos detectado es que los vecinos de las tres poblaciones ribereñas vienen cada vez más a ver un paisaje que para ellos es un pulmón. Además, vemos cómo la presencia de especies como la nutria o aves que antes no estaban es mucho más frecuente, lo que nos da una idea de la mejora medioambiental del río desde que se creó esta figura de protección.
El Consorcio del Paisaje Protegido de la Desembocadura del Río Millars está colaborando con la Generalitat Valenciana en el proyecto ‘Desencanyar‘, que tiene como objetivo retirar las cañas invasoras de los cauces de los ríos para favorecer el retorno de especies autóctonas de los cauces mediterráneos valencianos. El técnico de la Xarxa Natura 2000, Josep Carda, ha explicado la labor ingente que se está llevando a cabo para erradicar la caña, que ocupa hectáreas de los lechos fluviales. Los asistentes han podido comprobar mediante una comparación de ortofotografías cómo era el río a su paso por Vila-real en la ortofoto de 1956 y cómo está ocupado ahora por estas cañas invasoras. Este ejemplo esclarecedor muestra la situación que genera esta especie invasora.
El río tiene innumerables vínculos con los pueblos que atraviesa, como es el caso de los molinos y la actividad relacionada con estas históricas construcciones: la molinería. Este ha sido el tema central de la charla ofrecida por el maestro y especialista en molinos, Vicent Ginés. Desde la molturación de grano hasta la producción de clavos o hielo, los usos de los molinos han sido innumerables. Aún se conservan vestigios de estos edificios, como es el caso del Molí de l’Ermita de Vila-real, que ha sido visitado por los asistentes a las jornadas como muestra de los vínculos entre el río y la actividad humana.
Los regantes son otro de los entes vinculados al Millars. La Comunidad de Regantes de Vila-real ha mostrado a los asistentes cómo las infraestructuras hidráulicas han moldeado el río. En el Assut de Vila-real, los regantes han explicado a los asistentes cómo funciona el reparto de riego en la comarca de La Plana y la infraestructura relacionada con la derivación del agua del Millars. El presidente de la comunidad de regantes de Vila-real, Pascual Broch, ha estado presente en este recorrido que ha sorprendido a los visitantes. La Casa de l’Assuter es un museo que refleja la realidad del agua del Millars, la cual sigue dando vida a todos los cultivos de cítricos.
En estas jornadas se trata de poner en valor diferentes aspectos relacionados con el paisaje protegido. Este año, el colofón lo ha puesto el Birdwatching o la observación de aves. Yanina Maggiotto, de Visit Natura, ha guiado a los asistentes por la playa de Almassora y Les Goles, entre Almassora y Burriana. Allí, en poco más de una hora, los asistentes, equipados con telescopios y prismáticos, han avistado más de 30 especies de aves, desde las gaviotas que se mueven entre el agua dulce y salada hasta los chorlitejos. Gracias a la implicación del Consorcio y los ayuntamientos que lo integran, la desembocadura del Millars dispone de espacios privilegiados para la observación de aves en comunión con el entorno.