En la imagen, Ereta y Espèrit la pareja liberada de quebrantahuesos.
La última pareja de quebrantahuesos liberada por la Conselleria de Transición Ecológica en la Tinença de Benifassà (Castellón), Ereta y Espèrit, ha dado sus primeros vuelos. Estas dos aves proceden de la Red de Cría Europea, gestionada por la Vulture Conservation Foundation (VCF), que ha proporcionado al proyecto de reintroducción del quebrantahuesos en la Comunitat Valenciana, empezado en dos mil dieciocho, un total de once individuos.
La Conselleria hace este programa de reintroducción para traer de vuelta a esta ave «tan simbólica» para la Comunitat en cooperación con el Gobierno de Aragón, la Generalitat de Catalunya, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y la VCF, conforme ha informado la Generalitat en un comunicado.
Ereta es una hembra nacida el quince de febrero de dos mil veintidós en el Centro de Cría de Guadalentín (Jaén) y Espèrit, un macho nacido el veintiuno de febrero de dos mil veintidós en el Centro de cría RFZ de Haringsee (Austria). Desde su llegada a la Tinença y a lo largo del periodo transcurrido en el ‘hacking’, los dos establecieron un «estrecho» vínculo «poco común» en individuos de su edad, puesto que por norma general son «más competitivos».
Tras algo más de un mes y medio de convivencia, los dos han descuidado el ‘hacking’ con solo un día de diferencia. Si bien han tardado ciertos días en volver a coincidir, desde el día tres de julio se hallan juntos nuevamente, esta vez ya en libertad.
Todos y cada uno de los quebrantahuesos que proceden de la Red de Cría Europea son criados por adultos de su especie a lo largo de sus primeros días de vida y llevados a la zona de liberación con más o menos noventa días de edad, cuando ya son capaces de comer sin precisar ser cebados por los progenitores, mas aún dependen de estos a fin de que les traigan comestible.
ABANDONAR EL NIDO
Desde ese instante los animales pasan a ser responsabilidad del personal técnico de seguimiento del proyecto, que siguen cuidando de ellos sin contacto alguno con humanos. Allá pasan las últimas 4 semanas ya antes de salir del nido, que deciden ellos mismos cuando están preparados, ya que la zona de ‘hacking’ está abierta, solo rodeada de una valla.
Este periodo es «indispensable» en el desarrollo cognitivo de la especie, puesto que es entonces cuando se les queda fijada la zona a la que tendrán que regresar en el futuro cuando estén listos para criar. Desde el segundo año de edad más o menos, los jóvenes entran en la fase dispersiva y abandonan la zona de suelta para visitar otras zonas convenientes para la especie a lo largo de cuando menos un par de años más.
Es entonces cuando se espera que empiecen a volver al punto de inicio para establecer su territorio. Si todo va bien y hallan una pareja adecuada, formarán un vínculo para toda la vida y empezarán a criar entre los 6 y los diez años de edad.
Los primeros individuos liberados en el Maestrazgo en los años dos mil dieciocho y dos mil diecinueve ya han entrado en la fase de retorno, y algunos han regresado a la Tinença, por lo que probablemente ya van a poder quedarse por la zona.