Manifestar públicamente el desprecio hacia el Poder Legislativo es sinónimo de destrucción de la Democracia.
Humildemente pienso que la palabra democracia no tiene múltiples significados, pero si demasiados usos diferenciados.
Las Democracias Populares basan su gestión en la ideología social-comunista con la que pretenden “construir una sociedad exclusivamente socialista, identificada con los principios del internacionalismo proletario”. Para ello plantean procesos electorales en los que el pluralismo es limitado o inexistente con partido único o como mucho dos, pero controlados por las mismas personas.
Contrariamente las Democracias Liberales caminan de la mano del liberalismo constitucional, defendiendo el Estado de Derecho y los Derechos humanos. El derecho a la vida, la libertad y la seguridad jurídica, completados con la igualdad, la propiedad, la libertad de credo y expresión etc. son inalterables para un auténtico demócrata.
Por ultimo nos encontramos con las llamadas “repúblicas bananeras”, que aunque pretenden vestirse también con la pátina de Democracia, están gobernadas por un dictador auto-legitimado de manera fraudulenta; pero no son otra cosa que generadores de inestabilidad, pobreza, atraso y corrupción.
Hay quien dice que a Pedro Sánchez de los tres poderes fundamentales para mantener el Estado de Derecho, le sobra el poder judicial y también el poder legislativo
Yo discrepo, no le sobran.
Los quiere fagocitar al más puro y sofisticado estilo de república bananera, dictadura comunista o democracia popular.
La fórmula utilizada hasta el momento es muy simple: mantener el poder ejecutivo a cualquier precio engañando a unos y a otros, a socios y ciudadanos.
En medio de este enredo o despropósito, tenemos que aceptar que hay una realidad incontestable que nos debe llevar a la reflexión y si procede al trabajo político de convicción social para revertirla.
Después de perder estrepitosamente en las Generales del 2015 y de ser abochornado por su propio partido en el Comité Federal, Pedro Sánchez se fue herido para volver matando.
Pero hay que reconocer que pese a los pésimos resultados electorales, su suerte y capacidad de convicción con mentiras o “cambios de opinión” permanentes, le han permitido liderar su partido y presidir España, controlando dentro del Partido un devoto y mayoritario grupo de afiliados.
Mas no solo a los afiliados socialistas tiene convencidos.
Después del último test real, que han sido las elecciones Europeas, sabemos que más de cinco millones de españoles, apoyan incondicionalmente las políticas y las tretas de Pedro Sánchez.
En un ejercicio que raya el hipnotismo, los mantiene fieles a su causa: “El Sanchismo” y a sus formas: “el trilerismo político”.
El discurso mesiánico de que la inconstitucionalidad no es mala y de que el chantaje independentista es necesario, hace que la sensación de culpa se derive hacia la derecha y con ello consigue la fe absoluta de los que pensando mantener el mal llamado progresismo (sustitutivo sanchista de social-comunismo totalitario y anquilosado) lo que hacen es reforzar el Sanchismo, implantado ya de hecho, en la Moncloa y España.
La guinda del pastel la pone el ”ambiente de miedo al enfado del líder supremo”, que ha conseguido entre los cargos políticos socialistas de todas las Instituciones. Autentico ejemplo de autócrata de libro.
La semana pasada, esperábamos con interés el desarrollo del Comité Federal del PSOE, en el que suponíamos que el nuevo “mesías” debía explicar las ultimas “maniobras políticas para mantener el poder en Cataluña”.
Nada más lejos de la realidad, en otra acción estelar del “sanchismo”, alteraba el discurso, para en una auténtica muestra de chulería autócrata, manifestar públicamente y sin rubor alguno, su desprecio hacia el poder legislativo,
Vamos a gobernar con o sin concurso del poder legislativo.
Es decir, “avanzaremos para la construcción de nuestro proyecto político con o sin el poder legislativo”.
El poder legislativo incluido en la separación de poderes, elemento fundamental del Estado de Derecho y las Democracias, materializado en la Constitución Española con el Parlamento y que representa el poder del pueblo, se veía totalmente despreciado y amenazado de muerte.
Esta declaración de intenciones entra de lleno y dando un paso más, en la historia de la trayectoria del actual Presidente del Gobierno y su doctrina “Sanchista”. Profundizando en el camino elegido por él, los suyos y los millones de españoles que le respaldan, hacia la destrucción de nuestra Democracia liberal y constitucional.
Preparémonos para las consecuencias o actuemos en consecuencia. “ES LO QUE HAY”.
Miguel Angel Mulet i Taló