La Fiesta de la Esperanza es un ejemplo vivo del arraigo de las tradiciones en Portell, que cada año congrega a vecinos y visitantes en un homenaje cargado de fe y cultura.
Ayer, sábado 14 de diciembre, Portell vivió una jornada especial dedicada a su patrona, la Virgen de la Esperanza, con la tradicional Fiesta de la Esperanza, organizada por los quintos y quintas del municipio.
La celebración comenzó por la mañana con una solemne misa en la ermita de la Esperanza. Antes de la eucaristía, se recitaron dos emotivos dichos en honor a la Virgen, tradición que forma parte esencial de esta festividad. Tras la misa, se repartieron las 570 ‘coquetas’ elaboradas especialmente para la ocasión, un gesto que refuerza la convivencia y el espíritu comunitario.
Por la tarde, los vecinos se reunieron para el rezo del Rosario, seguido de una procesión que partió desde la ermita de la Esperanza hasta la iglesia de la Asunción. Durante el recorrido, los fieles estuvieron acompañados por el sonido de tambores y gaiteros, que añadieron solemnidad y emoción al acto. Al llegar a la plaza del pueblo, se recitaron dos nuevos dichos, cerrando la jornada con un ambiente de devoción y tradición.
