De cara al inicio del nuevo curso pastoral, la Delegación Diocesana de Catequesis ha elaborado un protocolo con orientaciones para el comienzo de la catequesis presencial en las distintas parroquias de la diócesis.
Se indica que «el lugar propio de la catequesis es la comunidad cristiana, de forma particular la Parroquia, donde se educa, se crece, se celebra y vive la fe, de ahí el valor de la catequesis presencial para todos, especialmente quienes se inician en la fe».
Con él, además evitar contagios y de minimizar los riesgos ante un posible caso de COVID, se pretende dar cumplimiento a la normativa vigente, a la vez que se proporciona a todas las parroquias una herramienta común, facilitándose la comunión y la unidad de acción en la Diócesis.
Lo que se procura es ayudar «a los responsables de la catequesis, sacerdotes y catequistas», indicándose y especificándose una serie de orientaciones que deberán «concretarse y adaptarse de forma más específica a la realidad de cada comunidad cristiana donde se desarrolla la catequesis de niños, adolescentes, jóvenes y adultos».
Se detallan aspectos como la recomendación de que la inscripción sea a través de medios digitales, en el caso de que sea posible; la configuración de pequeños grupos, no superándose los 8 o 10 miembros, proporcionándose gel y garantizándose una distancia de metro y medio entre los compañeros, quienes deberán realizar los mínimos movimientos posibles; y la desinfección y ventilación de las salas antes y después de cada sesión, entre otros aspectos.
También se contempla el protocolo de actuación ante un contagio confirmado, «comunicar al grupo y seguir el protocolo que mande Sanidad en esos casos», así como la forma de actuar en el caso de que la situación sanitaria impida la catequesis de forma presencial.