El filtro de aire es un elemento fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro vehículo.
No en vano, se trata de una pieza destinada a alargar la vida del propio motor de combustión. No obstante, por desgracia, suele ser uno de los grandes olvidados de nuestras revisiones periódicas. Y eso que su cambio y puesta a punto es una de las actuaciones más económicas, rápidas y sencillas existentes. Por todo ello, hemos decidido dedicarle unas líneas a tan importante componente. Abordando, por el camino, su función y sustitución.
¿Qué es el filtro de aire?
El filtro de aire es una pieza esencial del vehículo porque incide directamente en su correcto funcionamiento. Se trata de un elemento compuesto por fibras y materiales destinados a retener y repeler la llegada al motor de cualquier tipo de impureza existente en el aire. Suele situarse en la cámara de combustión para garantizar, precisamente, la calidad del aire que entra. Si tenemos en cuenta que por cada litro gastado de combustible nuestro coche suele requerir unos 9.000 litros de aire su importancia cobra especial sentido y trascendencia.
Motivos para cambiar el filtro
Ya conocemos la función del filtro de aire. No obstante, ¿cómo afecta a nuestro vehículo circular con él en mal estado? Como os podréis imaginar, todo lo que perjudique, y hablamos de las impurezas presentes en el aire, la combustión del motor es negativo para el correcto desempeño del coche. Y esto es algo que puede acabar derivando en un mayor consumo y disminución de potencia. Por no mencionar la posibilidad de que se estropee el propio motor. Cuestión está última que derivaría en una costosa y desagradable visita al taller.
Tipos de filtros
Existen multitud de tipos de filtros de aire. Los podemos encontrar de papel plegado, de algodón, de malla metálica o incluso de espuma o foam. Al final, y como suele ocurrir en estos casos, lo importante aquí es conocer el idóneo y necesario para nuestro modelo específico de vehículo.
En el caso concreto del K&N Filters 33-3015, nos encontramos ante un modelo de alto rendimiento capaz de aumentar incluso los caballos de potencia. Está compuesto de varias capas de tela de algodón estratificada entre láminas de alambre forrado con epoxi. Algo que garantiza una mejor filtración y un flujo extra de aire. Para rematar, y más allá de su mayor durabilidad frente a otros modelos, también son lavables y reutilizables.
¿Cuándo cambiarlo?
Todo lo anterior no cobraría sentido alguno si no fuéramos capaces de identificar cuándo cambiar el filtro de aire en cuestión. No os preocupéis, contamos tanto con indicaciones generales como con determinados síntomas que apuntan a la necesidad de sustitución. En
relación a lo primero, todo va a depender de las recomendaciones de cada fabricante, del sistema y calidad del propio filtro y de las zonas de conducción. Lo habitual es hacerlo como mínimo una vez al año o cada 15.000 kilómetros. Lo que ocurra antes.
En relación a lo segundo, existen varios síntomas que indican la necesidad urgente de su sustitución. La obstrucción del filtro hace que la mezcla de combustible no se realice de forma adecuada. Algo que aumenta la generación de gases contaminantes. Siendo esto apreciable en un humo negro saliendo del tubo de escape. Por otro lado, y más allá de un considerable aumento del consumo de carburante, la pérdida de potencia temporal es otro indicio claro. En definitiva, esperamos que os haya quedado meridianamente claro el papel vital de este componente en el correcto devenir de nuestros vehículos.