La política de hechos consumados nos puede hace pensar que vamos hacia una República Federal.
Y no lo digo yo, hace escasos días el Presidente del Gobierno de la Nación española, manifestó que el último pacto suscrito con los independentistas catalanes, era “Un paso más hacia la federalización del estado autonómico”.
Los Estados Federales, no son malos por sí mismo. Tenemos muchos ejemplos que así lo demuestran. Lo que sí es nefasto, es acceder a ellos de una forma unilateral y por la vía del chantaje y la extorsión, como está planteando el Gobierno de España en este momento.
Pero vamos por partes. En primer lugar han iniciado el camino hacia una República. No hace falta perder mucho tiempo en el análisis de este proceso, porque la inmensa mayoría de los españoles somos sabedores de que Sánchez sustenta su cargo sobre el apoyo de una serie de partidos, que condicionan y obligan el contenido de todas las Leyes que se pretenden aprobar, a cambio de mantenerlo como Presidente.
Estos partidos, han manifestado con total claridad su voluntad de anulación de la Monarquía.
Negro sobre blanco en programas electorales e idearios, en manifestaciones públicas, en mítines e incluso en intervenciones parlamentarias, con fórmulas de aceptación del cargo totalmente desvirtuadas e incomprensiblemente aceptadas, confirman la voluntad de no aceptar al Rey, sustituyéndolo por un Presidente de la República.
Pese a que cualquier español puede estar personalmente a favor o en contra de la monarquía, la tenemos que aceptar y defender por un acuerdo socio-político que se llama Constitución.
Los políticos, tenemos un plus añadido, ya que para acceder a nuestros cargos, hemos jurado o prometido por nuestra conciencia y honor, lealtad al Rey y defender la institución monárquica.
Pero no todo son “hipotecas de gobierno”. Por último, de todos es sabido, porque lo hemos visto en vivo y en directo, la falta de respeto del actual Presidente del Gobierno hacia dicha institución.
Pasemos a continuación a la cuestión más indignante en la actualidad, la voluntad de sustituir la Nación Española por una Federación de Estados, de una forma unilateral, para mantener Presidentes del Gobierno socialistas en España y Cataluña
Nos dice el Derecho Internacional que una Federación o Confederación de Estados, es “aquella asociación establecida entre Estados soberanos a través de tratados o constituciones comunes, destinada a lograr una complementariedad entre estos en diversos asuntos, como defensa o comercio”.
Y nuestro Diccionario de la Real Academia Española define la federación o confederación “como una unión o alianza entre Estados que conservan su soberanía, asentada sobre la base de un tratado, para gestionar la defensa, las relaciones exteriores y otros intereses comunes”.
¡Ahí nos lleva Pedro Sánchez!
Ya está consumado. Tras el esperpento y humillación de la “fugida” de Puigdemont, perfectamente diseñada y pactada con el Gobierno (que no nos cuenten milongas), se proclamaba al socialista Illa como ‘President’ de la Generalitat Catalana. Era la confirmación y aceptación del texto suscrito entre el Partido Socialista y Esquerra Republicana de Catalunya.
Salvador Illa, será President si acepta y defiende la independencia de Cataluña.
Y así ha sido, ahora empieza el largo o corto camino del cumplimiento de los acuerdos. (No hay que dejar en “saco roto” los incumplimientos de Pedro Sánchez por “cambios de opinión”).
Para los convencidos constitucionalistas, defensores de la libertad e igualdad de todos los ciudadanos de España, leer los más de veinte folios del Acuerdo se transforma en un auténtico calvario. Cesión tras cesión, el Presidente del Gobierno a “vendido su alma al diablo”, con tal de mantenerse en la Moncloa.
No contento con que la “la gestión, la recaudación, la liquidación y la inspección de todos los impuestos” pase a la Hacienda catalana, se compromete en mantener una inversión por parte del Estado Español que supera con mucho el 20% de las inversiones en el total de las Comunidades Autónomas. Si contamos con diecisiete Comunidades más Ceuta y Melilla, haga números el lector y vera la insultante desproporción y la flagrante ruptura de la igualdad de todos los españoles.
Con total descaro el Partido Socialista acepta las tesis y falsedades de Esquerra Republicana y lo incorpora al pacto con la creación del
Consorci per a les Inversions: Per fer front al dèficit d’inversions a Catalunya i la a baixa execució de les inversions previstes…
Aparte del reconocimiento de la nación Catalana como tal, “…el reconeixement de Catalunya com a nació…”, se compromete a permitir y pagar un referéndum interno de independencia, que tendrá que aceptar el resto de España.
Mientras tanto y por supuesto, el Acuerdo firmado por los socialistas, arremete contra el Poder Judicial y todo tipo de tribunales incluido el Constitucional, para exigir que se anulen las sentencias que les afectan directamente. No han tenido bastante con la Ley de Amnistía, ahora quieren contraatacar directamente a todas aquellas personas, catalanas también, que en estas últimas décadas no han estado de acuerdo con la marginación aplicada descaradamente por el Govern Català. Y así se lo han reconocido los tribunales.
Y por poner algún ejemplo confirmatorio, no contentos con exigir el uso del Catalán en la totalidad del ámbito administrativo y educativo, imponen una serie de “comisarios políticos” que controlen su uso en los ámbitos extra académicos y extra administrativos. Todo al mismísimo estilo dictatorial intolerante, de triste recuerdo, refrendado por el actual Partido Socialista.
Crear l’Autoritat Aeroportuària de Catalunya, selecciones deportivas catalanas, etc. etc. etc.
No hay más que decir, el Partido Socialista con Pedro Sánchez a la cabeza ha firmado, aceptado y comprometido a defender que: “Aquests pilars compartits entre el federalisme i l’independentisme ens acosten de manera decisiva a la resolució del conflicte polític i ens doten de les eines necessàries per construir una Catalunya …plenament lliure.”
Lanzándonos al camino de la República Federal de una forma unilateral, chantajista e insolidaria.
Solo nos resta actuar para que no se convierta en una realidad.
Miguel Angel Mulet i Taló.