El conseller indicó que el accidente ocurrió en un porche exterior mientras cuatro trabajadores de Tragsa y operarios de la UME "limpiaban lodos y enseres abandonados".
El conseller de Educación, Cultura, Universidades y Empleo, José Antonio Rovira, ha declarado que el derrumbe en el colegio Luis Vives de Massanassa (Valencia), en el que falleció un trabajador y otro resultó herido, ha sido un hecho «imprevisible». El accidente ocurrió en un porche exterior del edificio, mientras los empleados realizaban labores de limpieza y desescombro tras los daños ocasionados por la reciente Dana.
En palabras del conseller, «en ningún momento había un informe que dijera que el edificio corría riesgo de colapsar». Aunque los informes técnicos señalaban que el centro presentaba daños significativos tras las inundaciones, estos no indicaban un riesgo inminente para la estructura, aunque sí «un riesgo su ocupación», añadió Rovira.
Desde el Grupo Tragsa, la empresa encargada de las labores de limpieza, han informado que el derrumbe se debió al «colapso de una estructura metálica exterior que protegía de las inclemencias el paso entre edificios».
El deterioro del colegio y la decisión de reconstrucción
El colegio Luis Vives, con más de 50 años de antigüedad, sufrió graves daños durante las lluvias torrenciales del pasado 29 de octubre. Según Rovira, «todo apuntaba a que valía más la pena hacerlo nuevo que repararlo», dado el estado en que quedó el centro tras el temporal. El agua alcanzó una altura de 2,10 metros, causando destrozos en puertas, ventanas, carpinterías y acabados, dejando el edificio «arrasado».
El conseller explicó que el accidente tuvo lugar en un porche exterior, en el momento en que cuatro trabajadores de Tragsa, junto con operarios de la Unidad Militar de Emergencias (UME), «limpiaban lodos y enseres abandonados». La intervención se realizó a petición del Ayuntamiento de Massanassa, que, por la proximidad del colegio a viviendas, solicitó a la Conselleria la limpieza del recinto por «razones de salubridad».
Realojamiento del alumnado y soluciones provisionales
El colegio estaba clasificado como un centro de riesgo «rojo», lo que significa que «a corto plazo los alumnos no podrían entrar» debido a los daños estructurales. Rovira ha anunciado que, desde este lunes, los estudiantes serán realojados en la antigua escuela de Magisterio de Valencia, una solución que ha calificado como «provisional». También se está evaluando la posibilidad de instalar aulas prefabricadas para garantizar la continuidad educativa.
El conseller subrayó que «sabemos que las obras que haya que hacer, sea reposición del centro o reforma, no van a estar listas en dos meses, tres o cuatro; van a durar mucho tiempo». Por ello, se ha reunido con autoridades locales para buscar espacios alternativos dentro del municipio que permitan el traslado temporal del colegio.
Investigación en curso y clasificación de centros
El suceso está siendo investigado por el Instituto Valenciano para la Seguridad y Salud en el Trabajo (Invassat), que ya ha contactado con la Inspección de Trabajo. Técnicos del Invassat visitarán el centro este lunes como parte de la investigación.
Además, Rovira explicó que la Conselleria clasificó los centros educativos afectados por las inundaciones en cuatro colores según el nivel de daño:
- Verde: Centros que podían reabrir de inmediato.
- Amarillo: Aquellos que requerían limpieza y certificados de higienización.
- Naranja: Edificios que necesitaban reparaciones menores.
- Rojo: Centros con daños graves y que requerían obras mayores.
En total, 12 colegios, incluido el CEIP Luis Vives, fueron clasificados como «rojos».
Reacción y prioridades del Consell
El conseller explicó que ni él ni el ‘president’ de la Generalitat, Carlos Mazón, acudieron al lugar del accidente, ya que la «prioridad» del jefe del Consell fue «averiguar qué había pasado», mientras otros altos cargos, como la vicepresidenta Susana Camarero, sí se desplazaron. Según Rovira, «no hacíamos nada allí», justificando que ambos estaban en Alicante y defendiendo su derecho a pasar tiempo con sus familias, sin que ello implique dejar de trabajar largas jornadas.
Rovira añadió que, en una reunión celebrada en el Palau de la Generalitat este domingo, se revisó el estado de los centros educativos afectados por la Dana. Afirmó que la mayoría ya han reabierto o lo harán próximamente, y aseguró que, para los más dañados, se están «buscando alternativas dentro del municipio», como solicitan los Ayuntamientos.
Finalmente, destacó que la prioridad tras las inundaciones ha sido «garantizar la salud pública» y retirar lodos tanto en calles como en centros educativos. Actualmente, Tragsa trabaja en 68 centros educativos de 19 localidades afectadas, de los cuales ya ha finalizado la limpieza de 23. «La salud y seguridad de alumnado, profesorado y vecinos es nuestra prioridad», concluyó.
Fotografía portada: Archivo GVA.