Un cura tras la decisión del torero Juan Ortega de ‘dejar plantada’ a Carmen Otte

Un cura tras la decisión del torero Juan Ortega de ‘dejar plantada’ a Carmen Otte

La reacción del sacerdote resultó sorprendente a pesar de que la novia estaba a punto de llegar al altar ataviada de blanco.

 

Allá donde vayas en Jerez de la Frontera, el tema de conversación predominante es el plantón que el torero Juan Ortega le dio a su novia, la cardióloga Carmen Otte, justo en el altar.

Indudablemente, uno de los eventos nupciales más comentados en estos últimos tiempos ha sido el de Juan Ortega y Carmen Otte. Un enlace que, al final, no llegó a concretarse. A escasos minutos de pronunciar el «sí, quiero», el torero decidió plantar a su prometida y cancelar la boda después de una década de relación. Como resultado, los 500 invitados que se congregaron en Jerez de la Frontera se vieron obligados a abandonar el lugar, totalmente desconcertados ante esta inesperada situación. Ahora se ha revelado a quién recurrió el diestro para comunicar la cancelación del evento.

Pilar Vidal ha desvelado en «Y ahora Sonsoles» los detalles detrás de la llamada que Juan Ortega efectuó justo antes de cancelar su boda con Carmen Otte Alba. Según reveló Vidal, la primera llamada que Ortega realizó fue a un sacerdote de Barcelona que él mismo había invitado a la ceremonia.

El sacerdote de Barcelona estaba en el hotel preparándose para oficiar la misa y, en consonancia con las convicciones religiosas de Ortega, este decidió realizar esta llamada crucial antes de tomar cualquier decisión.

Vidal destacó en el programa que, según le han informado, Juan Ortega es una persona muy religiosa y que sus dudas respecto al enlace fueron determinantes en su elección.

La reacción del sacerdote resultó sorprendente: a pesar de que la novia estaba a punto de llegar al altar ataviada de blanco, el sacerdote aconsejó a Ortega que no se casara con Carmen Otte. De esta manera, fue el propio sacerdote quien le indicó a Ortega que la unión no debía llevarse a cabo. Este inesperado giro de los acontecimientos añade un matiz aún más dramático a la cancelación de la boda, revelando la influencia directa de las convicciones religiosas en la toma de decisiones de Juan Ortega.

Después de confesar sus dudas sobre jurar amor eterno con Carmen Otte, Juan Ortega tomó el siguiente paso llamando a su novia.

Según lo relatado por Pilar Vidal, «la siguiente llamada que hace es a su novia, que la pilla en la peluquería junto con la madre«. En ese momento, Carmen Otte quedó en estado de shock al recibir la noticia. Posteriormente, Ortega se comunicó con sus padres para informarles de que no iba a casarse. Luego, tomó la decisión de subirse al coche y dirigirse hacia Sevilla, revelando así los siguientes pasos que dio el novio tras cancelar la boda.

Por otro lado, se difundían ciertos rumores acerca de una posible infidelidad que podría haber influido en la cancelación de la boda entre Juan Ortega y Carmen Otte. No obstante, Pilar Vidal ha aclarado este aspecto, descartando de manera categórica la intervención de una tercera persona en esta drástica decisión, «ni por parte de él ni por parte de ella».

La periodista ha dejado en claro que el motivo principal que llevó a la anulación del enlace se centra exclusivamente en las dudas que atormentaban al torero. Según sus declaraciones, Juan Ortega, pese a tener todos los preparativos listos para lo que se anticipaba como uno de los días más felices de la pareja, optó por no dar ese paso crucial en su vida.

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La ausencia de terceros en este asunto subraya la naturaleza íntima de las preocupaciones de Ortega, destacando que la decisión de cancelar la boda fue una elección personal, influenciada únicamente por las dudas del torero en lugar de complicaciones externas. Esta revelación arroja luz sobre los desafíos internos que enfrentaba la pareja en un momento tan significativo de sus vidas.

La pareja tenía programada su boda para el pasado sábado en la iglesia de Santiago de esta localidad gaditana, pero el diestro, envuelto en dudas, optó por cancelar el compromiso en el último momento.

Con 500 invitados llenos de incertidumbre, un novio resguardado en su casa de Sevilla y una novia desconsolada que, tras pasar algunos días rodeada de su familia, comienza finalmente a procesar lo que le ha sucedido.

Carmen Otte, de 33 años, ha permanecido en Jerez desde que recibió la llamada de Juan Ortega mientras se encontraba vistiéndose con su traje de novia y arreglándose el peinado, comunicándole que la boda no iba a celebrarse. Durante este tiempo, ha contado con el apoyo constante de su familia, quienes han sido los principales representantes en este difícil episodio. Sin embargo, ella misma ha tomado medidas drásticas para protegerse, tomando decisiones significativas en relación con Juan Ortega y su entorno cercano.

Aunque Carmen Otte ha permanecido en la ciudad de Jerez, su decisión de resguardarse ha sido notoria. La cancelación inesperada de la boda ha llevado a Otte a adoptar un enfoque decidido para gestionar la situación. A pesar del impacto emocional que ha experimentado, ha mostrado determinación al tomar medidas con respecto a su relación con Juan Ortega y, presumiblemente, con aquellos que forman parte de su círculo más cercano.

Este giro de los acontecimientos ha llevado a Carmen Otte a redefinir aspectos fundamentales de su vida, marcando el inicio de un proceso de adaptación a las circunstancias que ha tomado a todos por sorpresa.

Su familia ha sido su principal red de apoyo durante este difícil periodo, brindándole el consuelo necesario mientras enfrenta la impactante cancelación de la boda con Juan Ortega.

La joven cardióloga se encuentra desconcertada ante las «circunstancias personales» que habrían llevado a la cancelación de la boda, y según sus allegados, está sumida en una profunda tristeza. A pesar de esto, ha tomado una decisión clave: resguardarse ante el dolor.

El escándalo ha trascendido más allá de Jerez y se ha convertido en tema de conversación en programas de televisión a nivel nacional.

Lo que debería haber sido el día más feliz de su vida se ha transformado en una auténtica pesadilla, con los medios de comunicación recordándole constantemente lo sucedido durante el pasado fin de semana. La situación se ha vuelto aún más difícil con la difusión de imágenes suyas a través de sus redes sociales, las cuales mantenía públicas hasta ahora. Sin embargo, la gaditana ha tomado una decisión: ha optado por eliminar sus cuentas en Internet.

Fotografía portada: RR.SS.