
Entre los supervivientes, en su mayoría procedentes de Somalia, se encuentran varios menores y una persona de nacionalidad nigeriana.
Una nueva tragedia migratoria ha sacudido las costas de Alicante. Un migrante ha fallecido y otros 16 fueron rescatados en condiciones críticas tras ser localizados a la deriva en una patera, a unas 45 millas náuticas de Calpe, según informó Salvamento Marítimo. La embarcación, una frágil lancha conocida como patera, fue avistada por un helicóptero de la Guardia Civil, lo que permitió la rápida intervención de la Salvamar Fénix, con base en el puerto de Xàbia, que trasladó a los ocupantes al puerto de Alicante.
Cruz Roja, que atendió a los rescatados en el puerto, confirmó que los migrantes, en su mayoría de origen somalí y subsaharianos, presentaban síntomas severos de deshidratación, heridas abiertas, infecciones y un estado general de salud extremadamente deteriorado.
Relataron que durante la travesía, que se prolongó por unos 15 días a la deriva, al menos seis personas perdieron la vida. Entre los supervivientes, en su mayoría procedentes de Somalia, se encuentran varios menores y una persona de nacionalidad nigeriana. Tienen edades comprendidas entre los 15 y 27 años, la mayoría de 17, 18 y 19.
Según relataron algunos de los supervivientes, la patera partió desde Argelia hace aproximadamente 15 días, enfrentándose a condiciones adversas en alta mar. La organización humanitaria destacó que algunos de los rescatados podrían requerir hospitalización debido a la gravedad de su estado.
Un viaje desesperado con consecuencias devastadoras
El equipo de la Cruz Roja en Alicante, liderado por el programa de Primera Respuesta de Emergencia para Población Inmigrante (Prepi), señaló que los migrantes relataron haber sobrevivido consumiendo pasta de dientes e incluso orines durante los últimos días, lo que agravó su deshidratación y debilitamiento físico.
Marta Marín, responsable del Prepi en Alicante, explicó: “La situación de estas personas es límite. Han pasado días sin apenas alimentos ni agua potable, expuestos al sol y al frío nocturno, lo que ha generado infecciones y un deterioro físico severo”.
Fuentes de Salvamento Marítimo indicaron que la patera, localizada a 62 millas náuticas de Alicante, estaba en un estado precario, con evidentes signos de sobrecarga y sin equipamiento adecuado para la navegación. La intervención del helicóptero CUCO de la Guardia Civil fue clave para localizar la embarcación, que navegaba sin rumbo fijo y en riesgo de hundimiento.
Respuesta humanitaria y desafíos
La Cruz Roja, en colaboración con el Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU), desplegó un operativo de emergencia en el puerto de Alicante para atender a los rescatados que «a penas ponían andar». Además de proporcionar primeros auxilios, la organización está evaluando las necesidades de protección de los migrantes, muchos de los cuales podrían ser solicitantes de asilo debido a las condiciones en sus países de origen.
La Policía Nacional ha informado al juzgado de guardia sobre el fallecimiento de uno de los migrantes, solicitando la presencia de la comisión judicial en el puerto para realizar el levantamiento del cuerpo y su traslado al Instituto de Medicina Legal de Alicante.
Marta Marín destacó la importancia de combatir los bulos sobre la migración: “En Alicante, las llegadas representan un porcentaje pequeño en comparación con otras regiones como Canarias, pero cada vida cuenta. Nuestro trabajo no solo es asistir, sino también sensibilizar a la sociedad sobre la realidad de estas personas”. La Cruz Roja también subrayó la necesidad de reforzar los recursos para la atención humanitaria.
Llamamiento a la acción internacional
Organizaciones como la OIM y ACNUR han instado a los países europeos a fortalecer los mecanismos de rescate marítimo y a establecer vías legales y seguras para la migración, con el fin de evitar más tragedias. “Cada muerte en el Mediterráneo es un recordatorio del fracaso colectivo para proteger a los más vulnerables”, señaló un portavoz de la OIM.
Este incidente pone de manifiesto la urgencia de abordar las causas estructurales de la migración forzada y de garantizar una respuesta coordinada que priorice la vida y la dignidad de las personas.