Una empresa de Valencia investigada tras la incautación de más de 50 toneladas de falsos jamones de pata negra

Una empresa de Valencia investigada tras la incautación de más de 50 toneladas de falsos jamones de pata negra

Como resultado de las investigaciones, los agentes han seguido pistas que los han llevado a otras empresas con sede en Sevilla, Cáceres, Salamanca y Madrid.

 

La Guardia Civil, en colaboración con técnicos de la Delegación Territorial de Salud y Consumo de Sevilla, ha llevado a cabo la incautación de más de 50.000 kilogramos de jamones y paletas de cerdo encontrados en dos almacenes clandestinos ubicados en Alcalá de Guadaíra y Dos Hermanas. Durante la operación, se descubrieron condiciones de congelación alarmantes, con cámaras en un estado tan precario que presentaban columnas de hielo que unían el techo con el suelo, así como jamones completamente cubiertos de moho o con presencia de gusanos.

La investigación se inició a principios de año, cuando agentes de la Guardia Civil de Sevilla realizaron una inspección en un establecimiento dedicado a la restauración y distribución de productos derivados del cerdo, especialmente jamones, paletas y embutidos. Durante la inspección, se detectaron deficiencias en el etiquetado de los productos, lo que llevó a una exhaustiva investigación en colaboración con técnicos de Salud Pública del Área de Gestión Sur de Sevilla. Estas indagaciones condujeron finalmente al descubrimiento de los dos almacenes clandestinos, que han sido clausurados.

«LAVADO DE CARA A LOS JAMONES»

En esos lugares, los implicados disponían de estaciones de «lavado de cara» donde los jamones eran sometidos a lavados con agua a presión o quemados para hacer resaltar la grasa. Posteriormente, se les aplicaba una mezcla de aceite de semillas y carbón vegetal para mejorar su apariencia como productos de calidad «pata negra». Además, se han encontrado bidones de acaricida que se utilizaban para evitar insectos. Incluso cuando la pieza completa no cumplía los requisitos mínimos, se comercializaba cortada en lonchas o en bolsas de tacos.

Además de las lamentables condiciones higiénico-sanitarias, se constató que el etiquetado de estos productos estaba falsificado, manipulando las fechas de caducidad y los números de lote. En algunos casos, se utilizaba un número de registro sanitario inexistente, y el certificado de calidad de los ibéricos había sido copiado de otro operador.

Estas piezas eran suministradas tanto a consumidores finales como a grandes cadenas comerciales, siendo descubierta una estafa millonaria en la operación.

Relacionados  Los niños de Benigànim ingresados por posible intoxicación reciben el alta

DISTRIBUCIÓN DE LOS FALSOS JAMONES DE PATA NEGRA

Una de las tácticas utilizadas para engañar a los consumidores consistía en reemplazar piezas de «cerdo ibérico de norma» por otras de calidad inferior o de diferentes tipos de cerdo que no tenían ninguna relación con el ibérico.

Según el marcado de los jamones, algunas piezas habían sido introducidas en sal en 2017, pero los precintos indicaban que el sacrificio del cerdo se había realizado en 2020, lo que evidenciaba la falsificación de los jamones y paletas ibéricos.

La colaboración tanto de la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (ASICI) como de las entidades de certificación de la Norma del Ibérico ha sido fundamental para esclarecer por completo los hechos.

Las investigaciones han llevado a los agentes a empresas establecidas en Sevilla, Cáceres, Valencia, Salamanca y Madrid. Algunas de estas empresas están siendo investigadas como cómplices en la trama, mientras que otras han sido víctimas de una gran estafa.