La cacerolada de todas las tardes en Maria Agustina pudo terminar mal a no ser por la rápida intervención policial
Al parecer eran tres los individuos que intentaron «reventar» la cacerolada pacífica que todas las tardes se celebra en la Plaza de María Agustina.
Uno de los tres agredió a una señora que se encontraba con su hijo y a la que intentó arrebatarle la bandera de España que portaba.
La rápida intervención policial y el enfrentamiento de los manifestantes ante los agitadores impidió que las cosas pasaran a mayores incidentes.
Al menos uno de los tres agitadores fue identificado por la Policía Nacional pero se desconoce si finalmente fue detenido.
Lógicamente, los asistentes no dudaron en señalar a Pablo Iglesias como culpable tras las recientes manifestaciones del vicepresidente amenazando a las personas que libremente se manifiestan a diario en muchas localidades españolas pidiendo la dimisión de un Gobierno incapaz de gestionar la crisis sanitaria y económica que padecemos.
Una muestra más del ataque a la democracia de miembros de extrema izquierda que presumen de defenderla.