El momento culminante fue el disparo del castillo de fuegos artificiales, a cargo de la prestigiosa pirotecnia Martí.
Vila-real ha cerrado sus fiestas en honor a la Mare de Déu de Gràcia con una jornada inolvidable marcada por la tradicional traca y el castillo de fuegos artificiales. El último día de celebraciones comenzó con una traca espectacular que llenó el aire de colores y sonidos, dando inicio a la jornada final.
Tras este vibrante evento, la fiesta se trasladó a la plaza Major, donde una animada desfile con música de xaranga condujo a los asistentes hacia el parque d’Alaplana. Esta animación musical acompañó al público durante el recorrido, creando un ambiente festivo y alegre a lo largo del camino.
El momento culminante fue el disparo del castillo de fuegos artificiales, a cargo de la prestigiosa pirotecnia Martí. Este espectáculo de luz y color dejó una huella inolvidable en los asistentes, marcando el cierre de las fiestas con una explosión de celebración. La jornada ha sido un éxito rotundo, dejando a Vila-real con el recuerdo de unas fiestas que han vuelto a hacer vibrar a la ciudad.