Alrededor del 60% de las personas sanas experimentan deficiencia de vitamina D.
Un estudio publicado en la revista médica The British Medical Journal ha llegado a la conclusión de que los suplementos de vitamina D pueden desempeñar un papel importante en la reducción del riesgo de infarto de miocardio en personas mayores de 60 años. Además, la vitamina D desempeña un papel esencial en el fortalecimiento de las defensas del organismo y en la absorción de calcio, un componente clave para la salud ósea.
El doctor Manuel de la Peña, académico, profesor de cardiología y Presidente del Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, subraya que, según el estudio publicado en el British Medical Journal,
La tasa de infartos fue un 19% menor en el grupo de personas que consumieron vitamina D.
De hecho, destaca que alrededor del 60% de las personas sanas experimentan deficiencia de vitamina D, ya que a partir de los 50 años, su producción a través de la exposición solar disminuye, siendo esta exposición responsable del 90% de la obtención, mientras que solo una pequeña porción proviene de la dieta.
Los alimentos ricos en vitamina D son limitados y se encuentran en pescados grasos como el salmón, las sardinas, la caballa, así como en la leche, los huevos y el hígado.
El doctor De la Peña agrega que los niveles bajos de vitamina D están relacionados con síntomas como fatiga, debilidad muscular y dolor articular. De hecho, se sugiere que diversas enfermedades autoinmunes, incluida la esclerosis múltiple, podrían estar vinculadas a niveles bajos de vitamina D en el torrente sanguíneo. Vale la pena destacar,
La vitamina D actúa como una hormona, ya que influye en una amplia variedad de órganos y sistemas en el cuerpo, regulando directa o indirectamente hasta un 3% del genoma humano.
La vitamina D juega un papel crucial en el sistema nervioso, muscular e inmunológico, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y neuroprotectoras que contribuyen a la salud inmunológica, la función muscular y la actividad cerebral. Estudios indican que bajos niveles de vitamina D en sangre se asocian con el deterioro cognitivo. Además, es relevante destacar que niveles adecuados u óptimos de vitamina D influyen positivamente en la inmunidad, según indica el doctor De la Peña.
Se recomienda realizar análisis periódicos de vitamina D y, en caso de ser necesario, recurrir a suplementos si los niveles en sangre son inferiores a 20 ng/mL. Los niveles ideales de vitamina D en sangre se sitúan en el rango de 30-50 ng/mL, evitando superar los 100 ng/mL, ya que un exceso podría contribuir a la acumulación de calcio en las arterias coronarias, acelerando así el proceso de arterioesclerosis. Por lo tanto, resulta esencial monitorizar bajo supervisión médica los niveles de vitamina D para definir el tratamiento más adecuado y personalizado.
En algunos países, las autoridades sanitarias han optado por enriquecer los productos lácteos con vitamina D, logrando que la población mantenga niveles adecuados de la misma. En personas con deficiencias leves o severas, los suplementos aportan mejoras significativas tanto en el aspecto físico como metabólico, y por lo tanto, en la vitalidad.
Además de ser profesor de cardiología, el doctor De la Peña es académico, doctor Cum Laude y escritor. Ha publicado diversos libros, entre ellos «Tratado del Corazón» (2010), «Las Necesidades de los Pacientes» (2010), «Cardiopatients» (2010), «Empresas Saludables» (2010), «e-Health» (2010), «Excelencia Sanitaria: pacientes, innovación y tecnologías» (2009), «La Satisfacción de los Pacientes» (2008), «Control del Tabaco» (2006), «Guía de la OMS sobre Vigilancia de la Salud» (2002), «Calidad en la Asistencia Sanitaria» (1999) y «Cardiocheck» (1993). Asimismo, es autor del blog «El poder de curar».
El estudio ha sido publicado en el British Medical Journal.