Se muestran obras de colecciones privadas inéditas, acompañadas de fotografías y objetos personales.
Juan Ripollés vuelve a exponer en València después de más de una década con una retrospectiva inédita en la que fusiona su espíritu juvenil, aún presente a sus 92 años, con la exuberante decoración floral de Francis Montesinos. Esta colaboración muestra la pasión compartida por la naturaleza y el color en un «universo vegetal», complementado con las icónicas obras pictóricas y escultóricas de ‘Ripo’, su trayectoria personal e incluso un mural adornado con 72 orinales pintados por él mismo.
Una vez más, me he sorprendido a mí mismo.
Confesó el artista durante la inauguración de ‘Ripollés al desnudo’, acompañado por Montesinos y los comisarios Carmen Chaves y Marcos Campos. La exposición, que estará abierta hasta finales de septiembre en el Ateneo Mercantil, exhibe 45 cuadros y alrededor de treinta esculturas provenientes de colecciones privadas, además de objetos personales como fotografías y un escritorio.
Vestido completamente de blanco, con su característico pañuelo en la cabeza y una ramita de romero en la boca, Ripollés explicó que aún conserva la misma ilusión de cuando era niño, ya que, a pesar de su avanzada edad, está terminando su cuadro más grande.
Sigo siendo ese niño que veo lo que veo y me preocupo muy poco de lo que ven los demás.
Ilustró.
«Como un niño curioso, lo que me queda en la vida es la curiosidad, el asombro constante. Es difícil que una persona de 90 años aún se sorprenda de la vida. Por eso digo: no tengo edad, deseo vivir«, expresó, destacando su reciente experiencia en Taiwán, que le demostró que «siempre hay novedades, algunas que te agradan y otras no tanto».
Además, Ripollés comentó que le sorprende tanto que le pregunten si todavía tiene ganas de trabajar como que le pregunten si puede conducir o si tiene «ganas de hacer el amor». «¿Por qué me preguntan semejantes barbaridades? Eso no significa nada», afirmó.
Sigo conservando la misma ilusión que he tenido toda mi vida. Sigo amando la vida como lo hacía a los 20, a los 40, a los 70 años. Tengo ganas de comer, de hacer el amor, de trabajar; ahí es donde me siento libre. Yo soy libre.
Todo este espíritu se ha reflejado en una sala que toma inspiración de la masía donde reside el artista en la pedanía castellonense de Mas de Flors, bajo la dirección artística de Francis Montesinos. «Es un logro conseguido: se respira Mar de Flores», ha destacado el diseñador, quien admitió que al entrar por primera vez en la sala se sintió «horrorizado» y como si «el mundo se le viniera abajo».
Sin embargo, después de un trabajo «costoso», logró transformarla en un universo vegetal repleto de plantas y palmeras, algunas de las cuales fueron pintadas por Ripollés: «Era necesario crear algo completamente diferente; no queríamos que esto fuera una sala de exposiciones convencional. Porque él tampoco es convencional: es una persona única».
Montesinos resaltó que ambos comparten un estilo «muy moderno» y son «de los pocos valencianos que incluyen una bandera española» en sus obras, él en su indumentaria y ‘Ripo’ en una de sus pinturas, además de expresar su alegría por haber tenido la oportunidad de «trabajar con el maestro, especialmente con el maestro vivo».
Una vez dije que nunca más volvería a trabajar con alguien que esté muerto.
Enfatizó.
‘Ripollés al desnudo’ forma parte de las actividades paralelas del Festival de Cine Infantil de Valencia (FICIV). Su director y comisario de la exposición, Marcos Campos, explicó que esta muestra llega después de una etapa del artista en Taiwán y China, donde «lo adoran y le están solicitando muchas obras».
Durante el recorrido de la retrospectiva, se exhiben obras provenientes de colecciones privadas que «nunca antes se han expuesto», junto con fotografías y objetos personales.
Biopic de Ripollés
Todos conocemos su obra, pero conocemos poco sobre su vida. Aquí presentamos un biopic de Ripollés.
Señaló Campos.
Para representar la relación entre Ripollés y Montesinos, los comisarios optaron por una muestra inmersiva pero natural, evitando lo audiovisual, y se inspiraron en Bigas Luna, quien «vivía de manera muy similar al estilo de ‘Ripo'». Desde que le presentaron la idea al artista, este mostró una «voluntad férrea» de seguir adelante con la exposición, aunque se enfrentaron a la dificultad de armonizar su historia personal con el mundo floral de Montesinos.
Finalmente, lograron capturar en el Ateneo el espíritu infantil de Ripollés. «Él sigue siendo un niño porque sigue haciendo lo mismo que cuando era pequeño: pintar», expresó el responsable de la muestra. A pesar de que «él menciona que esta podría ser su última exposición», resaltó que «ayer mismo vino en furgoneta desde Castellón para traer una obra«.
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