No es algo nuevo, a lo largo de la historia muchos personajes han cedido a la tentación, baste recordar a Adolf Hitler, Vladimir Ilyich Lenin, Napoleón Bonaparte y otros muchos que han pasado a la historia por pretender crearla. Pero una cosa es que tu desmedida ambición y delirio de grandeza te lleve a perder...
No es algo nuevo, a lo largo de la historia muchos personajes han cedido a la tentación, baste recordar a Adolf Hitler, Vladimir Ilyich Lenin, Napoleón Bonaparte y otros muchos que han pasado a la historia por pretender crearla.
Pero una cosa es que tu desmedida ambición y delirio de grandeza te lleve a perder la cabeza y otra cosa muy distinta es que te obliguen a jugar a ser Dios sin vocación, sin haberlo pedido y descansando sobre tus hombros la perversa responsabilidad de quien te lo ordena.
Aunque parezca un relato sobre ciencias ocultas es real como la vida misma. Un Gobierno inútil, mentiroso y traidor a sus ciudadanos, obliga, por falta de medios, a los médicos a decidir quién vive y quién no. Está pasando en muchos hospitales, sobre todo en Madrid, y el pobre médico tiene que traicionar su juramento hipocrático, asumir una responsabilidad que no es suya y decidir, generalmente por falta de respiradores, quién vive y quién muere. Por nada del mundo quisiera estar en la piel del galeno.
La solución que los grandes gurús de nuestra sanidad, casi ninguno médico, han buscado, es salvar a los menores de 65 años y dejar morir a los mayores de esa edad. Es curioso que los mismos que te obligan a trabajar hasta al menos los 67 desprecien tu vida, como si no valiera nada, una vez cumplidos los 65.
Por supuesto que no exijo la más mínima responsabilidad a los médicos y enfermeras, bastante tienen ellos, supongo, con poder conciliar el sueño y pedir perdón al “Altísimo”. La responsabilidad, toda la responsabilidad, es de un Gobierno inepto que obliga a los médicos a jugar a ser el Dios en el que ellos no creen porque se han gastado el dinero en chiringuitos electorales mientras desatendían nuestra sanidad.
También supongo que se les hará responsables de ese gran número de ancianos que nuestras Fuerzas Armadas ha encontrado muertos en sus camas sin la posibilidad de poder haber sido atendidos por falta de medios materiales y humanos. Esos ancianos que se dejaron la piel para que quienes ahora les abandonan gozaran de un sinfín de comodidades y oportunidades de las que ellos carecieron.
No sé si en este país habrá justicia algún día, empiezo a dudarlo, por lo que tampoco sé si los responsables de esta masacre, con Pedro Sánchez a la cabeza, se sentarán algún día en el banquillo para rendir cuentas.
Sí sé que hay un Dios que sí les pedirá cuentas, un Dios del que se ríen por su total falta de Fe, pero que les pasará una tremenda factura por sus actos.
No puedo asegurar que Dios existe, es cuestión de Fe, pero aquellos que no la tienen sí pueden estar seguros de que algún ser superior debe de haber que juzgue los actos criminales hacia tus semejantes. En ese juicio van a librar muy pocos de todos estos que nos gobiernan.