Los Reyes fueron recibidos con calidez y dedicaron tiempo a consolar a los asistentes, aunque algunos familiares optaron por no participar en la ceremonia debido a la presencia de políticos.
Las desgarradoras historias personales de las víctimas de la reciente DANA (depresión aislada en niveles altos) en la provincia de Valencia han llenado tanto el interior como el exterior de la Catedral en la misa organizada por el Arzobispado en memoria de las 222 personas fallecidas. La ceremonia, cargada de dolor y esperanza, reunió a alrededor de 400 familiares y contó con la presencia de los Reyes de España, quienes ofrecieron consuelo y palabras de aliento a los afectados.
«Por favor, que no hayan muerto en vano»
Entre las personas que asistieron, se encontraba Susana, una vecina de Catarroja que perdió a su marido, José Ruiz Torrecilla, el pasado 29 de octubre. En declaraciones a los medios tras la ceremonia, Susana compartió su dolor y esperanza: «Por favor, que no hayan muerto en vano, nada más; no pido nada más», fue el mensaje que transmitió a la Reina Letizia. José falleció heroicamente mientras intentaba salvar a una joven. Aunque la chica fue rescatada por los vecinos, él fue arrastrado por el agua.
Visiblemente emocionada, Susana explicó que su vida ha quedado marcada por esta tragedia: «Soy hija única y tengo a mi padre y mi madre, que es por lo que vivo. Tengo muchos amigos y mucho cariño, pero solo eso no me vale para vivir». Agradeció profundamente la atención de los Reyes, quienes mostraron una humanidad que, según ella, no ha visto en los políticos locales. «Le he pedido por favor que no hayan muerto en vano y que intenten evitar que haya más muertos así. Esto no tiene que volver a pasar», insistió.
Un adiós necesario para las familias
Ana, otra vecina de Catarroja, perdió a su esposo Luciano durante el temporal. Su cuerpo fue hallado 11 días después de la tragedia. Aunque el dolor sigue siendo abrumador, Ana calificó la ceremonia como «muy emocionante y muy bonita», y señaló que les permitió «despedirse» de sus seres queridos y sentir un poco de paz. «Esperemos que estén tranquilos donde estén. Y nosotros haremos todo lo que podamos desde aquí», afirmó.
Ana reconoció la atención de los Reyes, quienes dedicaron tiempo a consolar a los presentes: «Han estado muy atentos, muy pendientes de todos los que estábamos allí». Sin embargo, también expresó la necesidad de buscar soluciones a los problemas estructurales que contribuyen a estas tragedias. «Lo primero que tienen que hacer es darle una solución a ese barranco, igual que se dio una solución cuando en el 57 se desbordó el Turia», pidió Ana.
El consuelo de una Reina
María, una joven de Paiporta que perdió a su tía en la DANA, describió la misa como un acto de desahogo y unión entre los afectados. «Nos ha dado mucha paz», señaló. Aunque acudió sola, se sintió arropada por otros asistentes. «He venido sola, pero llevo a mucha gente dándome abrazos», relató emocionada. Uno de esos abrazos fue el de la Reina Letizia, quien, según María, mostró una gran empatía. «Me ha dado mucho confort. Me ha preguntado a quién había perdido y cuántos años tenía. Ha sido muy humano por su parte», dijo.
María también destacó el mensaje de solidaridad que recibió de otros familiares: «Es verdad que no estamos solos. Ha venido mucha gente y me ha dicho: no estáis solos. Y nos han dado mucha paz a todos», concluyó.
Rechazo a la presencia política
No todos los familiares compartieron el mismo sentir. Algunos decidieron no participar en la ceremonia debido a la presencia de políticos. Juan José Monrabal, de Catarroja, perdió a su madre de 84 años y criticó duramente la gestión política de la crisis. «Nada más que hacen que oír mentiras de los políticos que no nos están apoyando en nada», denunció. Monrabal lamentó las condiciones en las que sigue viviendo su comunidad, con lodo acumulado en sus viviendas y garajes. «No descansaremos hasta que se haga justicia por las personas que han perdido la vida», afirmó con determinación.
Por su parte, Sonia Fuster, de Picanya, decidió abandonar la misa tras ver a los políticos presentes. Sonia, quien perdió a su padre, expresó su indignación: «Esto ha sido un asesinato, uno detrás de otro, por no haber hecho el trabajo bien hecho», y subrayó su necesidad de respeto en medio del dolor. «No quería compartir espacio con ellos, y así lo he hecho. Me he salido con un sofocón, pero no me quedo con vosotros», señaló.
Un clamor por la verdad y soluciones
El acto dejó claro el profundo dolor y las múltiples demandas de los afectados. Muchos pidieron que se esclarezcan las responsabilidades de la tragedia y se tomen medidas para evitar nuevas pérdidas humanas. «Que digan toda la verdad», reclamó Ana, recordando que algunas soluciones podrían haberse implementado hace años.
A pesar de la tensión y las críticas, la misa sirvió como un espacio de consuelo y unión para muchos. Sin embargo, queda claro que el camino hacia la recuperación será largo y estará marcado por el recuerdo de los seres queridos perdidos y la lucha por evitar que tragedias como esta vuelvan a repetirse. «Esto no tiene que volver a pasar», fue el mensaje unánime de los asistentes.
14 personas siguen hospitalizadas en Valencia tras las inundaciones causadas por la DANA
Catorce personas permanecen ingresadas en hospitales de la provincia de Valencia debido a fracturas y problemas respiratorios provocados por las inundaciones derivadas de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) del pasado 29 de octubre, según datos proporcionados por la Conselleria de Sanidad. La situación evidencia la gravedad del impacto que tuvo este fenómeno meteorológico extremo en la salud y el bienestar de los afectados.
Más de 2.300 personas atendidas en urgencias
Desde el inicio de las riadas, los servicios de emergencia han registrado 2.345 personas atendidas en los servicios de urgencias de los hospitales situados en las áreas más afectadas. De ese total, 261 pacientes requirieron hospitalización, lo que supone el 11 % de los casos. Aunque la gran mayoría de ellos ya ha recibido el alta médica, catorce pacientes permanecen bajo observación y tratamiento debido a la gravedad de sus cuadros clínicos.
Según fuentes oficiales, las lesiones y enfermedades más comunes relacionadas con la emergencia son las fracturas ocasionadas por accidentes durante las riadas y los problemas respiratorios causados por la exposición a aguas contaminadas y a condiciones insalubres derivadas de las inundaciones.
Impacto en la salud pública
Las inundaciones no solo devastaron viviendas y bienes materiales, sino que también dejaron una profunda huella en la salud de los residentes en los municipios afectados. Las autoridades sanitarias están prestando especial atención a los casos de infecciones respiratorias, una de las principales preocupaciones debido a las condiciones a las que las personas estuvieron expuestas durante y después del paso de la DANA.
La Conselleria de Sanidad ha asegurado que sigue evaluando el estado de los pacientes que continúan ingresados y que mantiene un monitoreo constante sobre la situación de salud pública en las áreas afectadas. En este sentido, se están llevando a cabo labores de desinfección en las zonas más dañadas para prevenir brotes de enfermedades.
Recuperación en marcha
Mientras tanto, las autoridades locales trabajan de manera conjunta con los servicios de emergencias y los equipos sanitarios para restablecer la normalidad en los municipios afectados. Las labores de recuperación incluyen la limpieza de calles y viviendas, la reparación de infraestructuras esenciales y la asistencia a las familias que han perdido sus hogares o han visto gravemente dañados sus bienes.
Cuatro personas desaparecidas
El paso de la DANA ha dejado a su paso no solo daños materiales, sino también un impacto duradero en la salud y el ánimo de los residentes. A medida que se avanza en la recuperación, las autoridades subrayan la importancia de aprender de esta experiencia para implementar medidas preventivas que reduzcan el riesgo de tragedias similares en el futuro.
De acuerdo con el Centro de Integración de Datos (CID), los desaparecidos tras los graves desbordamientos causados por la tormenta son tres hombres de 56, 59 y 64 años, y una mujer de 38 años. Desde el miércoles 27 de noviembre, el número de desaparecidos permanece en cuatro, al igual que la cifra de fallecidos, sin que se hayan registrado avances significativos en las labores de rescate a lo largo de las últimas semanas.