Más toros muertos en los festejos de la Comunitat Valenciana

Más toros muertos en los festejos de la Comunitat Valenciana

Otro toro muere en el Camp de Morvedre en los festejos taurinos que se festejan a lo largo de la temporada veraniega en la región.

 

PACMA denuncia los gritos y lloros de un toro al ser embolado.

Esta vez fue en Algar del Palància, a lo largo de su semana taurina del mes de agosto, en el momento en que un toro de la noche quedaba gravemente dañado al golpearse contra el pilón segundos antes de ser ‘embolado’. Conforme testigos presenciales, el astado salió con tanta fuerza del toril que probablemente no vio el palo y se golpeó contra este en la cabeza, lo que le produjo graves lesiones de las que no ha podido recobrarse. Era la primera vez que este toro iba a ser embolado.

Tras revisar que el animal tenía serios problemas para sostenerse en pie, se le quitaron las bolas y se le trasladó hasta el corral con señales muy marcadas de estar malherido. El primer edil, Juan Emilio Lostado, suspendió por esa noche los festejos, que se reiniciaron el día después. Conforme ha explicado el alcalde, un par de días tras lo ocurrido, el toro debió de ser sacrificado.

Aparte de este toro de Algar, una vaca de la ganadería de Gerardo Gamón perdía asimismo la vida tras golpearse y engancharse con el cuerno en un barrote de la plaza de Albalat dels tarongers a lo largo de sus fiestas. La vaca conocida como La Mogona, sufrió una lesión muy fuerte en el cuello quedando su estado muy grave, conforme el propio ganadero. La res murió el día después de darse el golpe.

DATOS

Las cifras de toros muertos en estos festejos que se han hecho públicas son las siguientes: en 2016, murieron 10 animales; en 2017 murieron  19; en 2018 murieron 26; y en 2019 murieron 18 animales.

En las memorias de los ‘bous al carrer‘ de la Generalitat Valenciana asimismo aparecen las muertes de estos animales durante los festejos, aunque no los heridos. Como decía la directora de AnimaNaturalis, Aïda Gascón, estos actos se concentran «en los meses de más calor del año», por lo que es frecuente que «se estampen contra los barrotes de metal o mueran de un infarto o desplomados«.

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Los que no mueren, asevera Gascón, «son sometidos a un esfuerzo físico y un agobio psicológico muy grande» que dura horas, desde la recogida en el campo, transporte, festejo y vuelta.

En un comunicado, el partido animalista PACMA compartió un vídeo grabado el veinte de agosto en los festejos taurinos de Alfafar con el que denunciaban,

Cientos de aficionados lanzaban patadas, tiraban del rabo, provocaban e inclusive prendían cigarros en la cornamenta de uno de los toros.

El presidente de la formación política, Javier Luna, destacaba que llamaba la atención “el sufrimiento psíquico del animal”:

No comprende por qué está ahí, por qué lo están incordiando, por qué le prenden fuego… procura huir y está aterrado. Son toros adultos que se venden como bravos cuando realmente son animales pacíficos sometidos a una situación de gran agobio.

Javier Luna, incide en el perfil de las personas que participan en este género de festejos,

El partícipe promedio que se aprecia en los encierros es, por norma general, varón, joven y en un estado mental perturbado. Acostumbran a festejarse de noche, en un entorno festivo en el que la gente está más desinhibida, es más tendente a pelearse o hacer cosas que en otro contexto no haría. Esto lo paga el animal.

Denuncia, Luna, quien finalmente añade,

En el vídeo, además de esto, se aprecia claramente de qué forma algunos menores entran en el circuito vallado.

En la imagen, «La Mogona«, la vaca fallecida en Albalat del Tarongers tras golpearse y engancharse con el cuerno en un barrote de la plaza.