Una joven admite haber participado en el homicidio de su madre junto a su novio en l'Alcúdia de Crespins y haber convivido con el cuerpo durante cuatro meses.
Una joven de 22 años ha admitido haber cometido el homicidio de su madre en abril de 2020, cuando aún era menor de edad, en una casa en la localidad valenciana de l’Alcúdia de Crespins. Según su testimonio, planificó el crimen junto a su entonces pareja. En ese momento, debido a las restricciones por la Covid-19, convivieron con el cuerpo de la víctima durante más de cuatro meses.
La acusada ha declarado que fue su pareja quien inició la agresión, pero finalmente fue ella quien le clavó un cuchillo en el cuello a su madre, alegando haber entrado en shock y haber cedido a la presión de su compañero:
Entré en shock. No sabía lo que hacer. Él me decía ‘hazlo, hazlo, hazlo’ y, al final, lo hice.
Ha relatado.
El Ministerio Fiscal y la acusación particular, que representa a otro hijo de la víctima, solicitan una pena de 30 años de prisión por los delitos de asesinato y robo con violencia en domicilio familiar, con la agravante de parentesco, además de una indemnización de 80.000 euros.
La defensa discrepa de la versión de los hechos presentada por las acusaciones.
El novio de la joven en ese momento, que tenía 17 años, ya fue juzgado y condenado por un Juzgado de Menores a la pena de internamiento.
Los hechos ocurrieron el 1 de abril de 2020 en una vivienda de l’Alcúdia de Crespins donde residían la víctima y la acusada, quien es de nacionalidad búlgara. En cierto momento, la joven y su pareja idearon un plan para acabar con la vida de la madre.
La joven, visiblemente conmovida durante la audiencia y acompañada por sus abogadas, había tenido varios enfrentamientos con su madre. Con la intención de estar juntos y solventar las deudas de su novio, acordaron asesinarla.
El 1 de abril, el novio llegó al domicilio de la víctima con un cuchillo y tres barras de pan, estas últimas para justificar su presencia en la calle en medio de las restricciones pandémicas por la Covid-19. Una vez en el portal, alertó a la joven para que abriera la puerta y entró. Dentro, tomó una botella de amoniaco y roció a la víctima, que estaba en el sofá.
Luego la golpeó en la cabeza y le dio dos puñaladas. A pesar de ello, la mujer logró levantarse y dirigirse herida hacia el pasillo, donde cayó.
En ese momento, el novio volvió a la cocina por otro cuchillo y la agredió nuevamente en la cabeza. Después, la hija también la apuñaló varias veces, causándole la muerte.
La víctima falleció debido a un shock con perforación cardíaca.
Los jóvenes dejaron su cuerpo allí, sustrajeron dos tarjetas de crédito y fueron a un cajero para retirar dinero. En total, robaron 6.200 euros entre el 1 de abril y el 4 de junio.
Vivieron con el cadáver en la casa durante más de cuatro meses, hasta que el 20 de agosto de 2020 la Guardia Civil registró la vivienda tras una denuncia de personas cercanas. En ese momento, la joven no mostraba signos de alteración mental.
La joven, quien lleva cuatro años en prisión y ha expresado su deseo de relatar lo sucedido ese día, ha mencionado que vivía con su madre desde que esta se divorció de su padre en 2014. Cuatro años después, en 2018, inició una relación con el otro acusado, describiéndola como «al principio todo era muy bonito», pero luego él la maltrataba.
Yo lo permitía porque creía que lo hacía por mi bien.
Agregó.
Ella señaló que a su madre no le agradaba la relación debido a que observaba «insultos, amenazas y burlas». «Ella no estaba de acuerdo con la situación y siempre discutíamos», afirmó después de reconocer que en ese momento consumía cocaína, speed y marihuana. Luego, la joven afirmó que su novio comenzó a planear la muerte de su madre porque «discutían mucho». El 1 de abril, él llegó a casa y roció a su madre con amoniaco.
Sabía lo que iba a hacer, sabía que la iba a matar.
Indicó.
Después de eso, la chica explicó que agarró a su perro y se encerró en el baño. «Intenté llamar al ‘112‘ pero no tuve el valor y para mí él era lo más importante. Me asusté. Estaba confundida. Quería llamar al ‘112’ porque escuchaba los golpes y cómo mi madre luchaba. Entré en shock», detalló.
Y añadió,
Por un lado quería salvar a mi madre, pero por otro pensaba mucho más en él.
Al salir del baño, encontró a su madre en el suelo, llena de sangre: «Él comenzó a decirme que tenía que hacer algo. Me entregó un cuchillo y yo vacilaba; iba y venía; finalmente, en el tercer intento, fui y le corté el cuello«, narró.
«No sé si mi madre estaba viva. No sé en qué estado se encontraba. Para mí, sí estaba viva porque podía escuchar cómo agonizaba a través de la boca con la sangre y todo eso. Él me decía ‘hazlo, hazlo, hazlo’ mientras yo daba vueltas por la cocina, lo pensaba una y otra vez, y al final, lo hice». No recuerda si su madre le dijo algo en ese momento.
Luego, su pareja la abrazó «fuerte», tomó el cuchillo y lo tiró: «Me dijo que ya estaba hecho y que los malos tratos ya no volverían a ocurrir. Dejamos a mi madre en el pasillo hasta que la Guardia Civil vino a casa», afirmó. También se apoderaron de sus tarjetas bancarias y retiraron un total de 6.200 euros. Ella ingresó el PIN.
Cuando se le preguntó por qué no hicieron nada con el cuerpo sin vida de la víctima, respondió: «No tenía el valor. Yo limpié la sangre y el sofá, y comencé a deshacerme de los cuchillos en diferentes lugares de basura. Lo tiré todo». «Estoy muy arrepentida y pido perdón«, concluyó en su declaración.